Ciertas tradiciones no son buenas. Hay ciertas cosas que hay que cambiar, romper, dejar, olvidar, saltar, reformar, para que surja algo nuevo y fresco.
Para que nuestra niñez costarricense, se escuche, es necesario el realizar cosas diferentes con ellas y para ellas.
Si queremos que la voz de la Niñez y Pre-adolescencia, de Costa Rica trascienda los aires, es necesario el atender a esta población con denuedo. Cristo nos a llamado a ser los precursores del rompimiento de silencio de esta población. Hagamos todo lo que este a nuestro alcance para hacer que arda el fuego de Dios en estos corazoncitos.
Preparemos, asistamos a las reuniones, capacitemonos, informémonos, motivamonos, rompamos moldes antiguos, invirtamos (tiempo y dinero), que Dios que esta en los Cielos "...no es injusto para olvidar la obra que hemos hecho".
Dios a entregado en nuestra manos el futuro de su Iglesia: CUIDEMOS LA